Los territorios rurales se enfrentan a una nueva situación de disminución paulatina de protección y ayuda de los Estados y de la Unión Europea, al mismo tiempo que a la globalización de los mercados, que supone apertura, espacios abiertos y competitivos. Los territorios rurales son frágiles para dar respuesta a esta nueva situación, y aunque individualmente han buscado ir al mercado con una operación colectiva, que agrupa al territorio entero, con un proyecto de calidad global, un territorio que se proyecta al mercado con identidad diferenciada y que trabaja para conseguir la calidad territorial, identificado con una imagen que es su marca de calidad territorial, consideran que, para garantizar su éxito y su sustentabilidad, hace falta una masa crítica imprescindible, que no siempre una marca territorial aislada puede alcanzar, y por ello, los territorios con marcas ya establecidas dentro del proceso de calidad territorial se alían compartiendo una marca adicional común, la MARCA DE CALIDAD TERRITORIAL EUROPEA, que les proporciona masa crítica y, por tanto, capacidad para tener éxito en los mercados y facilitar al consumidor su identificación. |
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